domingo, 18 de agosto de 2013

Acerca de la noticia del Intendente prostibulario de Salvador Massa. Pcia de Salta.

No me resultó extraño que un funcionario esté involucrado, tampoco que las distintas jerarquías políticas norteñas caminaran todos los días frente a estos lugares sin “ver”, y tampoco la conexión con Calama, Chile. Una camina estos lugares y huele absolutamente este ambiente. Calama es una ciudad del Norte Chileno que cobró importancia a raíz del crecimiento de la explotación minera dese el siglo pasado. El censo de 2012 registro unos 140.000 habitantes, a ello se le agregan unos “100.000 flotantes más”. Es que esta pequeña ciudad no hace tanto tiempo que registra esta población, hace menos de una década todo el campamento de Chuquicamata fue trasladado a esta ciudad y además de Codelco la empresa estatal que explota el Cobre existen muchos otros campamentos, explorando y explotando el tajo a cielo abierto más grande del mundo. Fue una sorpresa subir a un avión desde Santiago de Chile repleto de hombres y conocer que no era el único vuelo sino que se multiplicaba por cuatro diariamente. La actividad minera parece que sigue siendo “el pan de Chile” -como mencionó alguna vez Salvador Allende promoviendo su nacionalización-. Esos vuelos diarios que llegan a Calama no quedan en la ciudad, la mayoría son trasladados directamente a otros campamentos de ahí que se hable en la ciudad de población flotante. Una caminata por Calama registra mayoritariamente personas jóvenes – según el mismo censo el 32 % de la población tiene entre 15 y 34 años- y varones. Si bien el campamento de Chuquicamata tuvo uno de los hospitales más completos de América latina a mediados del siglo pasado -hoy tapado por rocas removidas en la explotación minera-; la reina del cobre hoy no tiene asistencia médica de primer nivel. Pululan las farmacias en toda Calama y la sensación de la población es que “todo el mundo está enfermo y se auto medica”, “hay problemas de tiroides y tumores malignos”. En voz más baja la mayor preocupación habla de las ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual)como gran problema. Es que la minería cambió la vida, esta minería efervescente cambió otras lógicas en el consumo, en la forma de vivir, de relacionarse. La droga “pasaba y ahora se quedó”, los migrantes se diversificaron además de los vecinos Peruanos llegan Bolivianos y Colombianos, los bares del pueblo se transformaron en Pubs y “cauines” o prostíbulos clandestinos y las noticias sobre violencia son mayoritariamente de género –intrafamiliar. La diferencia en cantidad de varones y mujeres es cada vez menor, las jefaturas femeninas aumentaron, y la fundamentación es que “las mujeres cada vez más se ponen en el plano de igualdad laboral”, en verdad no vi mujeres manejando camiones, grúas, guías en la minas; no vi mujeres en los cambios de turno los días miércoles, no vi mujeres regresando a sus hogares y llenando los ómnibus como si de varones…me pregunto dónde está esa otra proporción de la población … Una camina estos lugares y huele absolutamente ese ambiente… Que no las haya visto en la formalidad del trabajo minero no quiere decir que todas estén recluidas en cauines… pero los sentidos orientan y las contrageografías ayudan a visibilizar las otras dimensiones de los territorios. Esas “contrageografías” referidas por Saskia Sassen remiten a circuitos alternativos “que no se ven” pero forman parte del sistema. Los ejemplos del narcotráfico; trata de personas y explotación sexual y laboral han dado cuenta de ser parte de circuitos que directa o indirectamente se asocian con condiciones que se encuentran en el corazón de la economía global y ligados estrechamente el sistema patriarcal. Estos mismos ejemplos no están representados suficientemente y operan fuera y contra las leyes y tratados. Asimismo estos circuitos están propiciados por la economía global que ha producido una infraestructura institucional que en muchos casos naturaliza su expresión. ¿Qué develan? Conexiones sistémicas entre mujeres más pobres y de baja remuneración (representadas más como carga que como recurso) y formas emergentes de producir ganancias ilegales, así como de importación de divisas para los gobiernos. “Esto significa que la llamada economía sumergida o informal, e incluso la ilegal, no son una desviación o anomalía del sistema, sino más bien elementos estructurales del mismo.(…) La deuda externa y los intereses de la deuda son características que promueven la creación de circuitos alternativos globales”.(Vega y Solís en Sassen 2001). Según la Organización Internacional para las Migraciones , la trata de personas en todas sus manifestaciones es un flagelo que somete anualmente a nivel mundial a millones de personas a condiciones de esclavitud y genera réditos económicos estimados en 32 mil millones de dólares , de los cuales más del 85% proviene del comercio sexual (OIT. 2005). En América Latina, las organizaciones criminales transnacionales y las redes internas involucradas en la trata han encontrado un escenario ideal para su desarrollo dado lo poco que se conoce sobre su dinámica y dimensión. Según el informe de OIM (2006) “el escaso conocimiento no solo torna imperceptible a la trata como problema para la ciudadanía sino que la invisibiliza a nivel institucional, propiciando altos índices de impunidad ya que lo que no se ve, no se puede perseguir ni castigar, porque simplemente no existe…” (OIM, 2006:3) Arduo es el trabajo de las organizaciones de mujeres entre otras, para luchar por su visibilización desentrañando la trama de redes patriarcales - coloniales que posicionan mayoritariamente a jóvenes, niñas y niños a estados de esclavitud-explotación. La Organización Internacional para las Migraciones presentó en el año 2006 un informe donde describió el funcionamiento de la trata con fines de explotación sexual de mujeres y niñas en la región (Chile-Argentina y Uruguay) con el propósito de facilitar la adopción de medidas al respecto. En el caso de Chile trabajó sobre 11 ciudades de 6 regiones del país, una de ellas, la segunda Región incluyó a Calama y Antofagasta. El trabajo general arrojó la constatación que Chile es principalmente país de destino y en menor medida de origen y tránsito. La trata internacional es 64% mayor que la trata interna. Las mujeres víctimas de trata identificadas eran mayoritariamente argentinas (37%), peruanas (22%) y colombianas (21%) ; chilenas (13%) y el 1% de chinas, brasileras, ecuatorianas y dominicanas. La modalidad de reclutamiento es generalmente mediante el engaño. Las condiciones de explotación se sustentan en la retención de documentos, el encierro o las amenazas. Generalmente los ingresos al país son por tierra y cruzan permanentemente la frontera cada 90 días para la renovación de visa de turista. Las que tienen visa de trabajo están sujetas a un empleo que generalmente es de atención en casas de comidas, pubs, etc. Es redundante el sistema de coerción que ejercen sobre aquellas que quedan sin documentación aprovechando esta situación para aterrorizarlas y evitar que se escapen o denuncien. El mismo informe advierte que las políticas migratorias restrictivas de terceros países y la estabilidad que proyecta Chile, lo tornó un lugar propicio para que las redes lo utilicen para “lavado” o “blanqueamiento de rutas” con destino a países “desarrollados”. Aunque no se especifica el fin de explotación en los puntos de destino (EEUU, México y El Salvador) las fuentes indicaron que el país trasandino funciona como parada para ingresar luego a esos países. Si bien son pocos los casos judicializados (el primero fue en Octubre del 2006) el informe percibe cierta voluntad política a favor de la lucha contra la trata aunque advierte el sentido negador de la sociedad que en general la niega o la minimiza tanto en el ámbito público como en el privado.

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